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El Ayuntamiento pone a disposición el edificio anexo al centro, actualmente en desuso, para una iniciativa que sufragará el IASS

Con la firma del acta de replanteo, esta semana han dado comienzo las obras de mejora y ampliación de la residencia para personas con discapacidad intelectual del barrio de La Vera, en La Victoria de Acentejo. La actuación cuenta con una inversión superior a los 400.000 euros, aportados por el Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Tenerife.

La actual minirresidencia se ubica en uno de los dos inmuebles que en su día ocupó la antigua escuela unitaria del barrio de La Vera y que fue rehabilitado por el Ayuntamiento de La Victoria de Acentejo en 2019 para albergar este recurso asistencial que busca “que personas con discapacidad intelectual puedan avanzar en su proyecto de vida, mejorando su autonomía y apostando por su inclusión activa en la sociedad”, explica el alcalde victoriero, Juan Antonio García Abreu.

Los nuevos trabajos, que tienen un plazo de ejecución de 12 meses, se centrarán en la remodelación del edificio anexo, con el fin de ampliar las instalaciones y mejorar su accesibilidad, así como para aumentar el número de plazas residenciales, pasando de seis a doce. “Tras más de dos años de funcionamiento -añade el alcalde-, podemos decir que la puesta en marcha de este recurso ha sido todo un éxito, pues ha supuesto un enorme salto cualitativo para la vida de los usuarios. Por ello, para dar respuesta a la demanda de plazas existente, y conforme a las necesidades expresadas por la dirección del centro, no solo se duplicará su capacidad alojativa, sino también se incrementarán sus dotaciones y espacios para la actividad diaria”.

Las obras remodelarán el inmueble vacío, de 219 metros cuadrados de superficie, distribuidos en dos plantas, donde se ubicarán tres nuevas habitaciones con capacidad para dos personas cada una, dos salas de estar, un dormitorio para el personal cuidador, un despacho, una lavandería, un aseo y dos baños adaptados. En el exterior se creará una entrada al edificio por su cota superior, lo que garantiza un itinerario accesible a todo el complejo, al tiempo que se genera un espacio de esparcimiento exterior.

Asimismo, los trabajos pretenden resolver el problema de la conectividad entre los dos edificios, que se encuentran a distinto nivel, para ello se utilizará como nexo el patio techado que se ubica entre ambos, donde se instalará una escalera y un ascensor de doble embarque que conectará las tres alturas y mejorará la accesibilidad. En ese mismo ‘hall’ se habilitará una entrada desde la calle y se ubicará un cuarto de útiles de limpieza y un trastero.

Con estas actuaciones, la superficie total del centro pasará a ser de 310 metros cuadrados. “Esta ampliación -agrega García Abreu- se traducirá en mayores prestaciones y comodidad para los usuarios y para el equipo de profesionales que se encarga de la gestión y organización del centro”.  “Ahora dispondrán de más espacios para poder desarrollar con holgura la programación diaria de ocio y tiempo libre, así como la vinculada a potenciar su autonomía”, apostilla.

Ya se ha resuelto la licitación de los servicios de personal de la residencia, que con su ampliación comprenderá cuatro auxiliares educativos-cuidadores y un trabajador social a tiempo completo, así como las contrataciones a tiempo parcial de un psicólogo, un terapeuta ocupacional, un animador de ocio y tiempo libre, un limpiador y un cocinero. El coste de los servicios de la gestión del centro las 24 horas del día durante dos años será de 667.900 euros, que son subvencionados al 100% por el IASS.

Aunque los residentes se hallan tutelados y cuentan con servicios asistenciales, hay que tener presente que se trata de una unidad de convivencia destinada a potenciar su autonomía y a desarrollar una vida normal, en la que ha de primar siempre el respeto a su intimidad.  Tal y como explica la concejal de Bienestar Social, Estefanía Fernández, “los usuarios cuentan, por ejemplo, con cuadrantes para el reparto de las tareas domésticas, como la limpieza de las instalaciones o talleres de cocina para la elaboración de sus propias comidas, al margen de que se cuente con personal de limpieza y también encargado de preparar los alimentos”. “Además de eso los residentes tienen sus rutinas, en las que no faltan sus salidas solos o acompañados, ya sea para hacer deporte, tomarse un cortado o dar un simple paseo” concluye la edil.